26 de noviembre de 2011

**Carta de una madre a su hija-o**…


Mi querida-o hija-o, el día que me veas vieja, te ... pido por favor que tengas paciencia, pero sobre todo trata de entenderme.
Si cuando hablo contigo, repito lo mismo mil veces, no me interrumpas para decirme “eso ya me lo contaste”, solamente escúchame por favor...

Y recuerda los tiempos en que tú eras niña-o y yo te leía la misma historia, noch ...e tras noche hasta que te quedabas dormida-o...

Cuando no me quiera bañar, no me regañes y por favor no trates de avergonzarme, solamente recuerda las veces que yo tuve que perseguirte con miles de excusas para que te bañaras cuando eras niña-o...

Cuando veas mi ignorancia ante la nueva tecnología, dame el tiempo necesario para aprender, y por favor no hagas esos ojos ni esas caras de desesperada-o...

Recuerda mi querida-o, que yo te enseñé a hacer muchas cosas como comer apropiadamente... vestirte y peinarte por ti misma-o y como confrontar y lidiar con la vida...

El día que notes que me estoy volviendo vieja, por favor, ten paciencia conmigo y sobre todo trata de entenderme...

Si ocasionalmente pierdo la memoria o el hilo de la conversación, dame el tiempo necesario para recordar... y si no puedo, no te pongas nervi, impaciente o arrogante... Solamente ten presente en tu corazón que lo más importante para mí es estar contigo y que me escuches...

Y cuando mis cansadas y viejas piernas, no me dejen caminar como antes, dame tu mano, de la misma manera que yo te las ofrecí cuando diste tus primero pasos...

Cuando estos días vengan, no te debes sentir triste o incompetente de verme así, sólo te pido que estés conmigo, que trates de entenderme y ayudarme mientras llego al final de mi vida con amor...

Y con gran cariño por el regalo de tiempo y vida, que tuvimos la dicha de compartir, te lo agradeceré...

Con una enorme sonrisa y con el inmenso amor que siempre te he tenido, sólo quiero decirte que te amo

Copiado de CAROLINA, que lo puso en FACEBOOK

2 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Suerte que no puedes verme...
Completamente emocionado.

Besos Josefina.

Anónimo dijo...

Una carta para la reflexión, la deberíamos llevar en la mano continuamente, para cuando perdamos los estribos y la impaciencia nos apremie acordarnos y rebobinar.
Que cierto es lo que dice y aunque lo reconozcamos ¿por qué lo olvidamos constantemente...? ¡Que criatura más ingrata es el ser humano llamado hijo!

Entrañable y para reflexionar.

MCM

Si teneis algo que decir ó bien mandar alguna cosa para insertar al blog, podeis mandar al correo electrónico.
losalechares@gmail.com